Wednesday, April 21, 2021

 

 

 

El Bolso Mágico

 

¡Hola! Me llamo Daniela y les voy a contar un cuento. Cuando yo era chiquita me regalaron en mi cumpleaños un bolso rosado donde tengo muchas cosas.

Mi mamà, dice que parece un sombrero de mago, porque en él guardo las cosas más increíbles y graciosas.

      También sirve para jugar a las adivinanzas, tocando los objetos con los ojos cerrados o encerrándolos en el puño. Otro juego es decir de memoria los objetos que duermen en su interior. Ah! Si quieren podemos jugar, yo saco un objeto y ustedes adivinan que es, si? ¿ una piedrita, una llave, un lacito, una moneda, un caramelo….Así, jugamos por un largo rato. Mi bolso es un tesoro. ¡ Es Mágico !

 

Marina Sandoval

 

 

 

 

 

Llegaré a Ítaca

 

 

Llegaré a Ítaca

Mientras bordeo el río Tajo

Mirando en el cielo la ruta

de las garzas.

 

Llegaré a Ítaca

Como Don Quijote

Cabalgando por

Castilla La Mancha.

 

Llegaré a Ítaca

Cruzaré el puente

de San Cristóbal

Y entraré por la Puerta del Sol

 

Regresando al Siglo XIII

justo detrás de las

murallas

donde está Toledo.

 

 

Marina Sandoval

Saturday, April 3, 2021

 

 

 

Nueva Vida

 

Me encontraba abandonado en el traspatio de la solariega casa de mi dueña, aunque presiento que ella pensaba que por mi avanzada edad, yo ya no servía para nada (¡ Aunque éramos contemporáneos!) no valía la pena contarme entre sus pertenencias.

Sin Embargo, como el tiempo no se detiene, nuevamente llegó el mes de Agosto con las alegres vacaciones y los niños de la familia, que siempre en esta época venían a disfrutar de la playa, el campo y los mimos de la tía y de la abuela, llenaron la casa con sus juegos, gritos y de vez en cuando con las infaltables peleas.

Era tanta la alegría que se sentía que hasta yo me contagié y pensé:   Esta emoción debe ser una señal, o mejor dicho una corazonada, a lo mejor llegaron mis nuevos dueños.

Pues no me equivoqué. Los primeros en descubrirme fueron Juanra y Mariape, quienes inmediatamente se acercaron a mi, me lavaron mis ruedas, limpiaron mis vidrios y echaron a volar su imaginación, realizando conmigo largos viajes a distintos y remotos lugares, los cuales emprenderíamos cada tarde.

La felicidad y emoción de los niños, era tan grande que sin proponérselo me dieron una nueva vida.

 

 

Carmen Luisa Sandoval Mata

 Maracay, 03/04/2021