Monday, October 18, 2010

ROLANDO QUERO


Rolando Quero:Metáforas en blanco

A principios de los 80, en Bordeaux, Francia, para mí se abrió un abanico inmenso en el mundo que siempre soñé de las Artes Plásticas. Una ventana, por donde, de repente, una luz con paleta de arcoiris me hizo comprender lo que era el color, el dibujo, y la escultura. Eran otros conceptos los que yo arrastraba de mi Venezuela natal, de donde llegaba, con pocos estudios sobre el Arte.

Armando Reverón, Arturo Michelena y Cristóbal Rojas, entre otros pintores clásicos, fueron mis grandes guías del conocimiento, formando parte de mi bagaje cultural, mientras arribaba a un nuevo país, cuna de los más grandes movimientos artísticos de los últimos tiempos.

Esos primeros estudios que me conducirían a un largo y arduo camino que me esperaba, un camino lleno de luz, ilusiones y nuevas perspectivas, retos y metas.

Nunca he olvidado aquella mujer de unos 50 años, mi primer modelo desnuda, con sonrisa de complicidad, rodeada de todos nosotros, aprendices jóvenes que nos ponían a prueba para asegurar nuestra estancia, en aquel edificio del siglo XIX, que es la Escuela de Bellas Artes de Bordeaux.

Emociones y nerviosismo nos acompañaban y yo, el único extranjero del grupo. Sería el comienzo de tres años de aprendizaje; no eran los conceptos conocidos de dibujo, color, de materiales que había experimentado en Villa de Cura, San Juan de los Morros y en Trujillo. Era otra realidad, diferentes materiales y técnicas que jamás pasaron por mi mente en la adolescencia. Cada día estaba lleno de nuevas emociones, nuevos encuentros con mi meta: el Arte. Así transcurrían los días, entre vivencias, retos y profesores... Anécdotas ilusorias que nunca faltaron.

Textura y monocromía

Entre otras propuestas que solían hacer nuestros maestros, estaba buscar entre la basura, objetos con el fin de intervenirlos transformarlos en obras.

Hago este preámbulo, remontándome a lo que fueron mis primeros estudios de Artes Plásticas y Bellas Artes en Francia para darles a entender de donde viene mi propuesta "metáforas en Blanco". Surgió, precisamente, de las investigaciones que hacíamos con todos aquellos desperdicios que solíamos buscar.

Un rodillo con pintura blanca, pegado a un trozo de madera, en un formato de unos 70 x 100 centímetros de blanco, fue mi propuesta para la materia Técnicas de la Creación. Desde ese momento siempre estuvo en mi mente esa idea: textura en una monocromía.

Ha pasado mucho tiempo desde entonces. Tuve un encuentro de 15 años con el informalismo matérico catalán que, sin duda, dejó huella dentro de mi obra. Influencia difícil de no absorber, para continuar y plasmar sobre un soporte lo más sagrado e imperioso del ser artista: crear (...).

Reflexionando en esta exposición, dejo mis azules, mis naranjas, mis amarillos filosos, como diría Gabino Matos, y esas veladuras logradas con el asfalto líquido que tanto caracteriza mi obra, la gestualidad y esos trazos desenfadados y viscerales, para darle paso y protagonismo a la materia, a la textura que han estado presente detrás de bastidores en mi trabajo.

Ahora es ella la que marca la pauta llegando a ser partícipe de mi obra tridimensional, el aserrín proveniente del mismo destino, los fusteros, pinturas acrovinílicas, cola plástica; elementos a los que rindo tributo. De humilde procedencia pero de rico contenido plástico (...)

Por un momento abandono el color y muestro nueva alma en mis trabajos, sus ecos, los susurros, los sueños. Esperando que sus reminiscencias sean la conexión entre ellos y el espectador.

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